Gatita empezó a entrar en la jaula del lince sin temor a que algo le pasará y convirtiéndose en una amiga más.
La lince por su parte permitió a la gatita acceder a su espacio, aprovechando tal amabilidad se comía la comida de la lince. Aunque son especies muy distintas, y que muchas veces no se congenian entre sí, como es visto en la vida salvaje de los animales.
Una amistad empezó a surgir entre la lince y la felina, esto ocurrido en San Petersburgo, Rusia. Nace un nuevo cariño entre las dos, que les hacía cada vez mas inseparables como de hermanas perdidas de tratase dado el caso. Según fuentes del zoológico, la gatita deambulaba por las calles sin que nadie le brindase un hogar donde quedarse.
Sin embargo, un día entro al zoológico, atraída por el olor a comida de la Lince, y queriendo saciar su hambre no tuvo de otra que acceder a robarse la comida de la lince. Aunque podría haber sido peligro en un principio como se pensaría, no fue así, la lince fue amigable con la felina siendo sorpresa para todos, no había intenciones de la lince de atacarse o pelearse, mas bien forjaron una amistad.
Ante las diferencias fisiológicas con los gatos domésticos. Donde sus cuerpos son más grandes, casi triplican a los felinos, sus patas son mucho mas fuertes, y poseen un estilo de vida mas salvaje y con mucha más capacidad de supervivencia.
“La lince, que también es una hembra, podría haberse sentido amenazada con la pequeña gatita al ver que le quería robar la comida. Pero en vez de atacarla se acercó con mucha curiosidad hacía la pequeña gata y se dio cuenta de que podrían llevarse bien.” Yo tengo voz
La gata callejera decidió a quedarse a vivir, esto después de llegar todos los días seguidos y aprovechando también de comer algo. Fue tal la amistad al punto de convivir en la misma jaula con su gran amiga. La gatita pasó a ser un animal más del zoológico de Rusia.