El gatito es rechazado por su apariencia, esto se pudo evidenciar debido a que nadie lo quería adoptar en el refugio.
Gatito es rechazado por su apariencia. Pero encontró un humano que no se fijo mas que en su corazón y decidió tomarlo como su familia, estaba desgarrado por el agua en la frente y las piernas deformes, y nadie quería ayudarlo a encontrar un hogar.
NOTICIA:
Pero todo cambió cuando Nɑncy Lynch, en colaboración con Kɑley’s Plɑce Rescue, determinó que Zeke era demasiado valioso para las palabras ¡a los 3 meses de edad. Ella adoptó a Zeke y publicó sus fotos en Fɑceƅook, y lo descubrió de esta manera: aprendió sobre “Super Hero’s Animɑl Hydrocephɑlus Society”. Una fundación suya.
Lisɑ es la fundadora de la Super Hero’s Animɑl Hydrocephɑlus Society, que ayuda a los animales que son devastador por causas como tormentas. ¡Eso marcó aventura de Texas! Es así como muestra al mundo su gran corazón, lleno de mucha vida para compartir con aquellos felinos y animales que se crucen por su camino con el llamado de ayuda. Ella nunca se negará a brindar su amor y cuidado de los animales.
El gatito Zeke fue bien tratado, y ahora su mano apenas lo sostiene. Juega con otros gatos, y cuando sus piernas no funcionan tan bien como los demás, simplemente salta. Y, por si fuera poco, conoció a un fantástico amigo de la Sociedad de Hidrocefalia Animal de Superhéroes: el gato Superhéroe, que había padecido la misma enfermedad de la enfermedad que Zeke.
A pesar de su condición día con día Zeke, muestra su gran convicción de vivir lo mejor que puede su vida y se esfuerza por ello, siendo esto admirado por todos. Aun que sus patitas le impiden hacer diferentes cosas el con mucha fuerza trata de hacerlo. Un gran gatito que tuvo que soportar y sufrir los vestigios de la vida a las nomas nacer.
Zeke ha tenido suerte, su nuevo dueño lo ama, y tiene la oportunidad de vivir una vida normal y feliz. Una oportunidad que no muchos gatitos en su condición tienen, ya que las personas no quieren sobrellevar sus gastos médicos y optan mejor por llevarlos a un santuario, donde los días de su existencia están contados.